Resumen: Las disciplinas científicas están parasitadas por “alternativas” que no cumplen ni siquiera los aspectos más básicos del método científico, pero se disfrazan y tratan de infiltrarse en los medios académicos para que sean consideradas científicas, y es por esto que son denominadas pseudociencias. Algunas en realidad son religiones, como ocurre con el creacionismo “científico”, pero las que no lo son también se basan en creencias, en concreto en el principio de autoridad de una serie de charlatanes, siendo fe y creencias lo opuesto al método científico. Los pseudocientíficos son conscientes de los grandes avances que los científicos han conseguido con la investigación experimental y desean dotarse del mismo prestigio, infiltrándose allí donde se enseñan y se otorgan títulos académicos. El número de pseudociencias es casi tan grande como el de disciplinas científicas; unas son antiguas, como la astrología y la acupuntura; otras no tan antiguas, como son la homeopatía y el creacionismo “científico”; y otras son de reciente aparición, como el negacionismo del cambio climático o el diseño inteligente, las cuales hemos analizado en anteriores números de El Escéptico (véanse Molina 2000, 2006 y 2011) Idioma: Español Año: 2013 Publicado en: El Escéptico 39 (2013), 17-24 ISSN: 1139-398X Originalmente disponible en: Texto completo de la revista