Abstract: Tradicionalmente, Francia ha sido conocida por ser un país de asilo. Allí se instalaron miles de familias españolas durante el pasado siglo, y lo hicieron tanto por motivos económicos como políticos. Si seguimos las teorías migratorias clásicas, los perfiles masculinos y femeninos nos parecerían opuestos. Mientras que el varón era presentado como el iniciador y el protagonista del desplazamiento, la mujer se convertía una mera acompañante y dependiente de este. No obstante, fueron sujetos activos en el proceso: tanto por la toma de las decisiones insertas en la elaboración de los proyectos migratorios como por su integración en el mercado laboral francés. Los rígidos estereotipos han generado una grave invisibilidad en las fuentes administrativas que se podrían paliar, entre otras cosas, recurriendo a la potencialidad de la historia oral.